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Un público entusiasta para el repertorio barroco de Cappella Mediterranea, que unió a Borges con Monteverdi

“Quería contarles que un día tuve un sueño. Estaba con Claudio Monteverdi y con Jorge Luis Borges en el café Tortoni…”. Así empezó el concierto el reconocido director platense Leonardo García Alarcón, creador del innovador grupo de música del renacimiento y barroco Cappella Mediterranea, con el que se presentó en el Teatro Colón para hacer Pecados capitales con música de Monteverdi.

“Borges y Monteverdi –continuó animado Alarcón– me convencieron de armar un programa en torno a los pecados capitales, un diálogo entre pecados y virtudes. He inventado una especie de Divina Comedia alrededor de Monteverdi, en donde podremos caminar con él».

«La distancia entre Virgilio y Dante -concluyó- es de 1200 años, así que no podemos tener miedo de los 400 años de distancia entre nosotros y Monteverdi para hacer este encuentro fantástico que vamos a proponer: un sueño, algo totalmente improbable, que pueden olvidar apenas salgan de aquí”.

El conjunto Cappella Mediterranea y un programa en torno a los pecados capitales. Foto: gentileza Teatro Colón/ Arnaldo ColombaroliEl conjunto Cappella Mediterranea y un programa en torno a los pecados capitales. Foto: gentileza Teatro Colón/ Arnaldo Colombaroli

Intenso y refrescante

Difícilmente se olvide lo que se experimentó en el concierto que imaginó Alarcón y llevó a la realidad con los magníficos músicos que integran Cappella Mediterranea.

Un teatro desbordante de un público entusiasta parece contradecir la falta de popularidad del repertorio barroco. Claro que las innovaciones interpretativas de Alarcón son muy convocantes, logró sacar al repertorio de un nicho a veces rancio y lo atravesó con una vitalidad tan intensa como refrescante.

Ese laboratorio de emociones humanas extraordinario que propone la obra de Monteverdi se escucha como recién compuesta en manos del director y los magníficos músicos de Cappella Mediterranea, con las estupendas voces de Mariana Flores (soprano), Coline Dutilleul (mezzosorpano), Christopher Lowrey (contratenor), Valerio Contaldo (tenor), Matthew Newlin (tenor) y Andreas Wolf (bajo).

Los siete pecados capitales y virtudes articulan un recorrido de emociones humanas, contrastantes y ardientes, que tuvo su punto de partida Il Fuoco, Hor che’l ciel et la terra del Libro VIII de Madrigales y L’Aqua, del mismo libro, cerró el recorrido.

No se trata de una mera yuxtaposición sino de una integración de virtudes y vicios enhebrada magistralmente con músicas de Monteverdi, desde el amor en diversas variantes hasta el odio más furibundo. Cada pecado capital (vinculado con una secuencia extraída de las óperas Poppea, Ulisse y Orfeo o de un madrigal) tiene su contrapartida con una cualidad moral contraria y se van sucediendo en el transcurso del programa.

La dimensión teatral jugó a favor en la integración. En diversos momentos, los cantantes se fueron sumando de a poco al escenario, desde distintos puntos de la sala, y la iluminación colaboró en crear intimidad o intensificar las emociones. La propuesta de Alarcón tiende a involucrar todos los sentidos.

Erotismo y sensualidad

El conjunto Cappella Mediterranea. Foto: gentileza Teatro Colón/ Arnaldo ColombaroliEl conjunto Cappella Mediterranea. Foto: gentileza Teatro Colón/ Arnaldo ColombaroliEl modo visceral de cantar y tocar –también capaz de grandes refinamientos—facilita que emerja el sensualismo y carnalidad que envuelve la música de Monteverdi. Como se escuchó en la fantástica interpretación del Si ch’io vorrei morire, el erotismo que atraviesa el madrigal del Libro IV surgió en la sensualidad del color de las voces y el unísono conducido hacia un estallido, a modo de un orgasmo cuando el enamorado besa la boca de su amada (“Ay, querida y dulce lengua, dame tanta exaltación”).

En su contrapartida, Mariana Flores y Coline Dutilleul hicieron un dúo extraordinario con el erotismo reprimido del texto moralizante, Ardo e scoprir ahí lasso a due tenori (Libro VIII). Igualmente los dos magníficos tenores Matthew Newlin y Valerio Contaldo en el dúo de Nerón y Lucano llevaron a la superficie la lascivia del texto L’avarice (extracto de L’Incoronazione).

Las intervenciones individuales fueron tan excepcionales como las grupales. El inolvidable Nerón del contratenor Christopher Lowrey, perverso y expresivo; la conmovedora S’apre la tomba (Libro II, de Musiche varie), en la voz del bajo Andreas Wolf; y el Orfeo de Valerio Contaldo, Orfeo son io. Mariana Flores quitó el aliento en el Lamento della Ninfa.

Las intervenciones instrumentales se escuchan tan vitales que algún desprevenido podría preguntarse si el compositor estaba presente en la sala. Emanan una energía más frecuente en los recitales que en las salas de concierto.

Cappella Mediterranea con Alarcón dirigiendo desde el continuo -siempre refinado- despertó las emociones contenidas en las obras de Monteverdi y logró que nos hable hoy.

Los músicos se despidieron largamente ovacionados. “Es muy difícil curarse de ser argentino. Por qué no mostrar que el Barroco siguió –y sigue- siempre vivo en América”, dijo Alarcón antes de presentar el bis, Alfonsina y el mar, de Ariel Ramirez, cantado por Mariana Flores y acompañada en guitarra por Quito Gato y Mónica Pustilnik en archilaúd.

Alarcón se quedó un poco más en el escenario y extendió su mano al público que se acercó a saludarlo. Parecía el cierre de una celebración que nadie quería que se terminara.

Ficha

Cappella Mediterranea

Pecados Capitales, Claudio Monteverdi

Director musical, espineta y órgano Leonardo García Alarcón

Mariana Flores (soprano), Coline Dutilleul (mezzosoprano), Christopher Lowrey (contratenor), Valerio Contaldo y Matthew Newlin (tenores) y Andreas Wolf (bajo)

Amandine Solano y Stéphanie de Failly (violines), Diana Vinagre (violoncello), Margaux Blanchard (viola da gamba), Eric Mathot (contrabajo), Gustavo Gargiulo y Rodrigo Calveyra (cornettos), Giulia Genini (fagot), Mónica Pustilnik (archilaúd), Quito Gato (tiorba) y Marina Bonetti (arpa)

Lugar: Teatro Colón

Función: lunes 27 de septiembre

Calificación: Excelente

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