Uno es el número 1 del tenis argentino; el otro es el entrenador argentino más exitoso de la historia y uno de los mejores del circuito. Se unieron con un propósito: la idea es que Franco Davin, el único coach de nuestro país que logró dos Grand Slams, se sume al equipo de trabajo de Francisco Cerúndolo, quien a los 25 años está 21° en el ranking mundial y busca dar el salto de calidad que le permita pelear mano a mano contra los mejores los torneos más importantes.
Hace exactamente dos semanas una persona muy cercana a Cerúndolo le insinuó a Clarín la noticia pero pidió: «No digas nada porque hay que cerrar un par de cuestiones; la idea es que Fran vaya por un Grand Slam en 2024″.
Esas «cuestiones» se cerraron, Davin viajó a Buenos Aires desde Miami, donde reside desde hace varios años, y por ahora se entrenan en una cancha particular de cemento en San Isidro aunque la idea es mudarse en los próximos días a un club para ultimar los detalles de la vuelta al circuito en la gira que terminará con Australia, el primer Grand Slam de la temporada.
El posteo de Fran CerúndoloEl arreglo es por 15 semanas al año con la presencia de Davin en Miami y en los cuatro Grand Slams y con mini pretemporadas en esa ciudad de la Florida estadounidense. ¿Y Kevin Konfederak? Seguirá en su rol de entrenador principal de Cerúndolo y será quien estará con él en todos los torneos.
Gastón Gaudio en Roland Garros 2004 y Juan Martín Del Potro en Flushing Meadows 2009 alcanzaron la gloria de la mano de Davin. Ellos dos se sumaron a Guillermo Vilas y Gabriela Sabatini, los otros dos argentinos que ganaron torneos de Grand Slam en la historia. Pero el «zurdo más diestro» lo hizo con el rumano Ion Tiriac y la mejor tenista argentina de todos los tiempos, con el brasileño Carlos Kirmayr.
¿Qué podrá aportarle Davin a Cerúndolo? Mucho. Más allá de la experiencia, Cerúndolo es un tenista muy presto a aprender y crecer, descontracturado, muy suelto con su cuerpo, con flexibilidad y sin movimientos rígidos. Así como es muy visceral, en una cancha de tenis Cerúndolo fluye. Tiene mucho para mejorar porque, como buen jugador de polvo de ladrillo que es, todavía confía mucho en su paciencia para tener la pelota en juego desde el fondo de la cancha y no se anima tanto a atacar con agresividad el segundo servicio, por ejemplo. A Cerúndolo lo avalan su versatilidad, su confianza, su fuerza que surge de sus piernas y de sus manos grandes que le permiten tener grandes impactos, el riesgo que toma en su juego y que le posibilita ser un protagonista permanente para jugar en tres o cuatro golpes cada punto. A su drive que es pura potencia le sumó en el último año un revés que lastima casi de la misma manera y su devolución de saque es inusual para un tenista argentino porque amortigua la pelota que viene muy rápida y la coloca donde quiere gracias a su empuñadura continental.
Franco Davin, en sus tiempos de entrenador de Del Potro. Foto: APTodo eso es Cerúndolo. Y todo eso intentará mejorar Davin. El tiempo dirá el resultado de la apuesta.