El escándalo tras el duelo de Boca y Talleres en la Copa Argentina no para. Y el enfrentamiento entre el presidente del club cordobés, Andrés Fassi, y el árbitro que dirigió ese encuentro, Andrés Merlos, tendrá nuevos capítulos. Incluso, seguirá en la Justicia. Es una pelea con intereses por detrás entre dos hombres diferentes, de perfiles opuestos.
El cruce entre Fassi y Merlos llegó hasta límites impensados. El presidente de Talleres jura que el árbitro le pegó una trompada. Unas horas después, el hombre de negro aseguró que el mandamás de la T andaba con gente armada y que lo amenazaron de muerte. Este lunes, el cordobés llamó a una conferencia de prensa y arremetió contra Chiqui Tapia: «Mete miedo a los clubes con los arbitrajes», acusoó.
El escándalo escaló a nivel nacional. Y la discusión por las SAD no es ajena a la pelea que arrancó por una pelota que salió del campo y terminó en gol del equipo de Diego Martínez en el cruce copero. Este lunes por la noche, la política metió cola: «Me da mucha tristeza, con el amor que le tengo al fútbol argentino y a Boca, que Fassi tenga tanta razón», escribió el ex presidente de la Nación y de Boca Juniors, Mauricio Macri.
«Me comuniqué con el dirigente deportivo Andrés Fassi, presidente del Club Atlético Talleres de Córdoba, para brindarle todo mi apoyo y solidaridad en este momento en el que se animó a expresar su hartazgo ante las malas prácticas en el fútbol argentino», se sumó Daniel Scioli.
Fassi, el arquero que no fue y la carpeta que sorprendió a Bielsa
Antes de llegar a ser empresario y presidente de Talleres, Fassi, de 62 años, estuvo casi toda su vida vinculado al fútbol. Nacido en Córdoba Capital, su pasión por la pelota empezó en el colegio La Salle cuando en tercer año le propuso al rector la creación de una escuela de fútbol que él mismo impulsó.
En esos tiempos, Fassi era arquero pero no llegó a ser profesional y tiempo después se transformó en profesor de Educación Física y también hizo el curso de director técnico.
Justamente, la preparación física fue la que le abrió las puertas en México. Allí, “El Profesor”, como lo conocen en tierras aztecas, hizo su carrera profesional desde preparador físico hasta vicepresidente del Grupo Pachuca.
A México, Fassi llegó a través de Roberto Saporiti, ex ayudante de campo de César Luis Menotti en el Mundial ’78. Fue su PF en Talleres, luego en San Lorenzo y posteriormente en Necaxa, en los primeros años noventa.
Allí, Fassi conoció al empresario y dirigente futbolístico Jesús Martínez, conocido del magnate Carlos Slim. Y la aventura mexicana se profundizó luego de que se divulgara un video donde el actual presidente de Talleres explica los primeros pasos en la formación del fútbol infantil. La cinta causó furor. A tal punto que hasta Marcelo Bielsa se contactó con él para conocerlo.
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El presidente del conjunto cordobés brinda una conferencia de prensa después del encontronazo con el árbitro mendocino.
En México, donde vivió 28 años, Fassi también desarrolló su vida personal: se casó con su novia cordobesa María Fabiana Álvarez, una arquera de hóckey, con la que tuvo cuatro hijos: Sebastián, Juan Pablo, María y Franco.
Fassi trabajó durante 20 años para llevar al club Pachuca, uno de los más antiguos y tradicionales del fútbol mexicano, desde la Segunda División a la gloria con cinco campeonatos de la Primera División, una Copa Sudamericana y cuatro Liga de Campeones de la Concacaf.
Fassi celebró la Champions Concacaf con Pachuca. Foto: ReuterEse modelo del Pachuca, es el que Fassi buscó replicar en Talleres, al que conduce desde fines de 2014 y en casi una década pasó de disputar el Torneo Federal A, campeonato de la tercera categoría, a jugar la Copa Libertadores.
“En Argentina seguimos con la demagogia de clubes sin fines de lucro, pero cuántos somos los que decimos a cuánto vendemos un jugador. Yo no vivo de Talleres, yo me doy el lujo de poner el recurso que nadie puso y los resultados se ven después de estos años”, pregona Fassi, que hace un culto de la “profesionalización”.
Merlos, el mecánico aeronáutico que fue plomero, remisero y eligió el arbitraje para llegar a fin de mes
Por su parte, Merlos (hoy de 43 años) nació en otra provincia importante de la Argentina como Mendoza. Llegó a este mundo el 8 de mayo de 1981 en San Rafael, donde fue criado por una madre soltera y la abuela materna.
Sin embargo, el desarrollo lo iba a alcanzar en Córdoba, donde consiguió uno de sus títulos en su vida. Allí estudió Mecánica Aeronáutica en la Escuela de Suboficiales de esa provincia y egresó con el grado de cabo especializado en mecánica de aviones.
Desde hace 28 años, Merlos está vinculado a la Fuerza Aérea y durante una década tripuló aeronaves Mirage, luego se desempeñó en el Departamento Ceremonial del Estado Mayor General y actualmente cumple funciones en la Federación Deportiva Militar Argentina. También, estuvo durante cuatro meses de 2005 en la Antártida.
Merlos es piloto, integrante de las Fuerzas Armadas.Merlos siempre volvió a Mendoza. Lo hizo cuando conoció a Gabriela, su esposa, con la que tuvo dos hijos (Camila y Joaquín), los que se unieron a Lucas y Agustina, los dos chicos que ya tenía la mujer. Y también para convertirse en presidente de la Liga Alvearense de Fútbol y en presidente de la Escuela de Árbitros de la Liga Sanrafaelina, aunque de ese último cargo lo expulsaron la semana pasada por las constantes quejas de los jugadores y dirigentes de esa liga por los malos arbitrajes.
Merlos llegó a ser árbitro porque necesitaba un ingreso más. Y tras ser plomero, remisero y jardinero, probó suerte con el silbato y dio en la tecla. Hizo el curso nacional en Olavarría, comenzó dirigiendo en la Liga Tandilense de fútbol y llegó donde soñaba como futbolista, pero vestido de negro con colores fosforescentes.
Al poco tiempo de debutar en Primera, quedó en el ojo de la tormenta por un escándalo en un Lanús-Arsenal en La Fortaleza, en el que hizo jugar más tiempo del adicionado, el Granate se lo empató 2-2 al Arse, y los jugadores del equipo de Sarandí con Martín Palermo y Roberto Abbondanzieri, DT y ayudante de campo a la cabeza, se le fueron al humo. Tras el escándalo, el árbitro hizo jugar un minuto más, llegó el tanto de Lautaro Acosta, ganó Lanús y todo explotó por los aires.
Merlos con Chiqui Tapia.Por ese hecho, la AFA lo había suspendido “indefinidamente”. A los pocos días, el árbitro le dio una entrevista a Clarín junto a Guillermo Marconi, titular del SADRA, en la que se hicieron cargo del error pero cuestionaron esa decisión. Merlos estaba incómodo, casi que no hablaba y seguía obediente al pie de la letra el discurso del jefe del gremio al que pertenecía. Diez años después, vuelve a ser el protagonista de un escándalo en el fútbol argentino.