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Sin Presupuesto, Caputo toma las riendas de una reasignación de partidas a piacere

Como pasó en 2024, Javier Milei no contará con un Presupuesto con su sello, pero eso no le impidió armar un esquema para mover partidas presupuestarias para este año. Un croquis con nombres propios, pedidos precisos de parte de algunos ministerios y objetivos muy bien delimitados.

Para la Casa Rosada, el hecho de no contar con un Presupuesto propio, producto de la falta de acuerdos con los gobernadores y la oposición dialoguista, no significa un inconveniente, al contrario: es la posibilidad de continuar con el ajuste puro y duro que comenzó en el Estado a partir del arribo de Milei al poder.

Bajo ese marco, Luis “Toto” Caputo, el ministro de Economía y uno de los funcionarios más ponderados por el Presidente, se encargará de reasignar fondos para los ministerios con un criterio que ya conoce todo el gabinete: todo movimiento de dinero va estar en línea con lo que se estableció en el fallido proyecto de ley de Presupuesto 2025. Este año no habrá ingresos por el impuesto País, pero el titular de Hacienda avisó que se va a mantener el equilibrio fiscal, el control monetario, apuesta a cerrar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y “recapitalizar” el Banco Central para salir del cepo cambiario, aunque todavía no se anima a dar una fecha precisa.

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Caputo no decidirá en soledad el destino de los fondos del Estado Nacional porque contará con el respaldo de José Rolandi, vicejefe de Gabinete Ejecutivo. El ingeniero, un cuadro técnico y cultor del perfil bajo, ofrecerá asistencia porque interviene en cada movimiento de dinero el área de presupuesto de la jefatura de Gabinete, en cargos y estampar firmas.

Desde el entorno del Presidente, ante la consulta de PERFIL, aportan que el hecho de tener un presupuesto elaborado hace dos años permitirá mover partidas “a piacere”. Hay dos características acordes a las premisas libertarias además: la inflación se encuentra en descenso, por lo cual las discusiones paritarias con los sindicatos estatales no significarán un problema, incluso imaginan acuerdos de suba de remuneraciones de largo plazo. Y cada cartera, a lo largo de 2024, ya se encargó de realizar un ajuste importante, por lo cual los reclamos presupuestarios no serán onerosos.

No obstante, hay dos carteras que necesitan plata para comenzar el año. Una es Capital Humano, que conduce Sandra Pettovello, quien requiere recursos para sostener los programas sociales que durante el año pasado sirvieron para que el humor de los sectores más vulnerables no se recaliente.

Un dato: hay solo dos programas que dependen de la cartera que no pasaron por la motosierra a lo largo de los últimos doce meses. Uno, es el denominado Mil días de la Anses, que tiene como objetivo la atención y cuidado integral de la salud durante el embarazo y la primera infancia. Contó con un incremento de la ejecución de su presupuesto de un 208% en relación a 2023. Mientras tanto, el Presupuesto total pasó de $ 17.416 mil millones a $ 185 mil millones.

Y las Asignaciones Familiares, cuyo presupuesto creció 5% en términos reales y pasó de tener $ 1.570 mil millones en 2023 para terminar el año con $ 5.674 mil millones. En la secretaría de Educación, ya saben que deberán afrontar reclamos por parte del Consejo Interuniversitario Nacional, que pide 7,6 billones para sostener las facultades este año, y solicitaron refuerzos de dinero. La Conadu, uno de los principales sindicatos que nuclea a los docentes, anticipa que luego del 20 de enero se comenzará a definir un plan de acción si no hay respuestas a sus demandas salariales.  

Seguridad, al mando de Patricia Bullrich, es otra cartera que necesita dinero para renovar flotas de vehículos, comprar municiones y, además, tiene la intención de ampliar los penales de Marcos Paz y Ezeiza, algo que demandaría al menos $ 67 mil millones. Del otro lado, figuran ministerios que tienen números en orden, como Salud de Mario Lugones quien aplicó un plan de reducción de su estructura gracias a la eliminación de secretarías, subsecretarías y sumó una fuerte desfinanciación de programas de todo tipo. Hay un ejemplo: PAMI finalizó 2024 con un recorte del 62% interanual.

En Cancillería, de Gerardo Werthein, todavía tiene pendientes recortes de todo tipo y color. Un ítem a ajustar es el sueldo de los diplomáticos, pero no es el único: mientras Milei combate a la Agenda 2030 y ya brindó su visión en foros de organismos internacionales, el Estado le dio a distintos organismos la suma de $ 145 mil millones.

Hasta el momento, solo existe un inconveniente en los ministerios con la prórroga presupuestaria: se traban designaciones y contrataciones porque necesitan la autorización formal de las partidas, algo que ya está empezando a generar pedidos a Economía por parte de las carteras.

Lo que se viene

  •  En el Gobierno creen que luego del ajuste del 2024 no habrá mayores reclamos presupuestarios de los ministerios.
  • No obstante, hay dos carteras que sí requerirán giro de fondos para poder mantener el nivel de actividad: Capital Humano para sostener los planes sociales y Seguridad para renovar material y ampliar cárceles.
  • Cancillería es uno de los ministerios donde quedan pendientes algunos recortes y Werthein está enfocado en ajustar el sueldo de los diplomáticos, entre otros ejes.
  • A nivel formal, la ausencia de un Presupuesto aprobado por el Congreso complica las designaciones y contrataciones porque se necesita la autorización de las partidas, algo que no sucedió de manera general.
  • En Educación, se esperan mayores reclamos de universidades.
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