Franco Colapinto llegó al Gran Premio de Gran Bretaña con la esperanza de que Alpine hubiera dejado atrás los tropiezos recientes. Pero la ilusión duró apenas un abrir y cerrar de ojos, unos pocos segundos. Cuando todo estaba listo para largar la carrera, el auto volvió a tener problemas y el argentino explotó de bronca.
La furia de Colapinto quedó en evidencia en la radio, con un grito que retumbó en los auriculares del equipo: “¡Hay algo que está roto, ¿qué carajo?! ¡Dios mío, es lo mismo que en Barcelona, es lo mismo!”. La historia se repitió como una pesadilla: el coche del piloto volvió a fallar en el momento de inicio y no pudo arrancar la carrera.
Un nuevo papelón por parte de Alpine, que dejó como resultado a un Franco nuevamente frustrado y enojado con la situación. El saldo fue letal, porque el argentino se quedó afuera de la carrera de Silverstone sin ni siquiera haberla comenzado. Cabe recordar que había quedado último en la clasificación, que hoy estaba por largar 20º pero ni eso sucedió. El semáforo en verde se encendió pero él no fue de la partida.
La escudería había trabajado a contrarreloj después de la clasificación. Según informó Alpine, se reemplazó prácticamente todo lo vital de la unidad de potencia: motor de combustión interna, turbocompresor, unidad generadora de calor, unidad generadora de energía cinética, acumulador de energía, central electrónica de control y sistema de escape. Nada fue suficiente y Colapinto, que debía salir de boxes este domingo, ni siquiera eso pudo hacer.
EL NUEVO PAPELÓN DE ALPINE CON FRANCO COLAPINTO EN LA FÓRMULA 1
Mientras el resto de los pilotos ponía en marcha la carrera, Franco seguía detenido, rodeado de mecánicos que peleaban contra el reloj. El silencio del monoplaza confirmó lo peor: abandono antes del inicio. En la planilla oficial, su casilla quedó marcada con un “DNS” que duele tanto como un choque, porque no suma kilómetros ni datos útiles para revertir la tendencia.
El enojo del piloto se hizo viral, pero entendiendo el contexto es entendible y parte de una acumulación de situaciones que se vienen presentando muy en su contra. En Barcelona ya había sufrido un contratiempo similar y la comparación se volvió inevitable: dos escenarios distintos, el mismo desenlace.
Alpine se limitó a comunicar la lista de componentes sustituidos sin profundizar en causas. La frustración, en cambio, sí tuvo nombre y apellido: Franco Colapinto, que la sigue peleando por surfear una de las olas más fuertes que le toca. Su oportunidad de brillar en la Fórmula 1 está siendo manchada por todos estos contratiempos ajenos a su capacidad, y la bronca es total.