Un grupo de cazadores estadounidenses desató la indignación en San Javier, Santa Fe, por matar a decenas de patos de collar y cuturíes, especies autóctonas y protegidas por la ley provincial, y luego publicar las imágenes en las redes sociales.
Si bien la caza organizada por el coto MGW Outfitters ocurrió a fines de junio, el hecho tomó estado público recientemente tras la difusión del caso por parte del Centro para el Estudio y Defensa de las Aves Silvestres (Ceydas), una ONG de Entre Ríos, que recibió información de lo sucedido mediante un guardafauna local, según indicaron medios periodísticos de esa provincia.
Hasta el momento de la denuncia, las publicaciones de la organización MGW Outfitters, que siguen vigentes hasta hoy, habían pasado inadvertidas. Allí se ve, tanto en Facebook como Instagram, a los participantes que posan junto a las aves asesinadas, incluso formando las siglas del coto con los especímenes cazados.
En Santa Fe, la actividad está regulada por la Resolución 129/2024, que permite la caza de tres especies específicas de patos: sirirí, sirirí pampa y crestón, del 1 de mayo al 31 de julio, con un límite de seis ejemplares por especie y un máximo de 12 en total. Sin embargo, los cazadores ilegales estadounidenses superaron ampliamente estos límites.
Los cazadores formaron las siglas del MGW Outfitters con las aves asesinadasGabriel Bonomi, representante de Ceydas, criticó duramente tanto a los cazadores como a las autoridades provinciales. «La responsabilidad no es solo del coto, que está cazando ilegalmente. La gran responsabilidad cae en el gobierno de la provincia de Santa Fe, que autoriza algo que de antemano sabe que no tiene la capacidad para controlar», señaló el dirigente a La Capital.
Según Bonomi, la caza de estas aves no solo es ilegal, sino que también tiene un impacto ecológico significativo. «Las aves cazadas no son plagas, no son exóticas, ni tampoco abundantes. Son muy importantes para el ecosistema por su carácter migratorio. Al ser migratorias, la importancia ecológica se potencia porque en sus plumas, en sus picos y en sus patas llevan a lo largo de toda su ruta migratoria huevos de peces y semillas de plantas acuáticas y las dispersan», completó.
Este no es el primer caso de caza ilegal en la región. En una operación reciente en Santa Fe, un conocido operador cinegético y dos ciudadanos franceses fueron detenidos con casi un centenar de patos y equipo de caza prohibido. En enero, Gendarmería decomisó 99 patos crestones durante un control vehicular cerca de Los Amores.
ES