John Harold Rogers, de 63 años y ex asesor principal de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal (FRB), fue arrestado ayer bajo la acusación de haber conspirado para robar secretos comerciales de la Reserva Federal de Estados Unidos en favor de la República Popular China (RPC).
Para llevar a cabo la conspiración, Rogers presuntamente proporcionó información falsa a la Oficina del Inspector General de la Junta de la Reserva Federal, lo que tuvo un impacto significativo en el desarrollo de la investigación.
La acusación formal, revelada este viernes, fue anunciada por el fiscal federal Edward R. Martin, el supervisor Devin DeBacker de la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia, el subdirector del FBI, David Sundberg, responsable de la Oficina de Campo de Washington, y John T. Pérez, agente especial a cargo de Operaciones de la Sede, Oficina del Inspector General de la Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal y la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (FRB-CFPB OIG).
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“Como se alega, el acusado violó la confianza depositada en él por el Banco de la Reserva Federal al poner secretos comerciales estadounidenses en manos de sus cómplices de la República Popular China, sabiendo perfectamente que dicha información beneficiaría al Gobierno de la República Popular China y a sus instrumentos”, declaró Devin DeBacker, jefe de la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia.
“El Departamento de Justicia seguirá utilizando todas las herramientas a su disposición para desbaratar el espionaje económico y proteger nuestra seguridad nacional“, agregó.
“El Partido Comunista Chino ha ampliado su campaña de espionaje económico para atacar las políticas financieras y los secretos comerciales del gobierno de Estados Unidos, en un esfuerzo por debilitar a ese país y convertirse en la única superpotencia“, afirmó David Sundberg, subdirector del FBI.
“La acusación de hoy representa el compromiso inquebrantable del FBI de proteger los intereses de seguridad nacional y los empleos estadounidenses y de llevar ante la justicia a quienes están dispuestos a traicionar a su país para obtener beneficios personales“, continuó.
“Esta acusación envía un mensaje claro de que quienes deliberadamente hacen un mal uso de información confidencial de la Reserva Federal para su propio beneficio personal y mienten al respecto a los investigadores serán responsables de sus acciones”, señaló John T. Pérez, agente especial a cargo de las operaciones en la sede de la FRB-CFPB OIG.
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Según la acusación, Rogers, ciudadano estadounidense con un doctorado en Economía, trabajó como asesor principal en la División de Finanzas Internacionales de la Reserva Federal entre 2010 y 2021, periodo en el que tuvo acceso a información confidencial de la entidad.
Los fiscales sostienen que compartió estos datos con sus contactos en China, quienes, aunque se hacían pasar por estudiantes de posgrado de una universidad del país asiático, en realidad operaban como agentes de inteligencia y seguridad del gobierno chino. La información entregada por Rogers tenía un alto valor económico al ser mantenida en secreto.
China posee una considerable cantidad de deuda externa estadounidense, estimada en aproximadamente 816 mil millones de dólares hasta octubre de 2024. La información que Rogers habría compartido con sus contactos podría haber facilitado la manipulación del mercado estadounidense de manera similar al uso de información privilegiada.
Tener acceso anticipado a decisiones de política económica, como modificaciones en la tasa de los fondos federales, podría haber brindado a China una ventaja estratégica al momento de comprar o vender bonos y otros valores estadounidenses.
Un “profesor universitario”
Rogers habría utilizado la excusa de dictar “clases” para reunirse con los agentes chinos en hoteles en China, donde entregó información confidencial relacionada con la Junta Federal de Bancos y el FOMC.
En 2023, Rogers habría recibido aproximadamente 450.000 dólares por desempeñarse como supuesto “profesor a tiempo parcial” en una universidad china.
El 4 de febrero de 2020, al ser interrogado por la Oficina del Inspector General de la Junta de la Reserva Federal, Rogers presuntamente mintió sobre su acceso y transferencia de información reservada, así como sobre sus vínculos con sus colaboradores chinos.
Rogers enfrenta cargos por conspiración para cometer espionaje económico y por brindar declaraciones falsas. La pena máxima por conspirar para cometer espionaje económico es de 15 años de prisión, además de una multa de hasta 5 millones de dólares. Por su parte, el delito de realizar declaraciones falsas conlleva una pena máxima de cinco años de prisión.
Este caso está siendo investigado por la Oficina de Campo del FBI en Washington y la Oficina del Inspector General de la Junta de la Reserva Federal. La acusación está a cargo de la fiscal adjunta Kimberly Paschall, de la Oficina del Fiscal de los Estados Unidos, junto con los abogados litigantes Nicholas Hunter y Stephen Marzen, de la Sección de Contrainteligencia y Control de Exportaciones de la División de Seguridad Nacional.