La International Football Association Board (IFAB), organismo que regula las reglas del fútbol mundial, analiza un cambio que podría ser histórico: eliminar los rebotes tras un penal. De aprobarse, desde el Mundial 2026, si el ejecutante falla, la jugada finalizaría automáticamente con saque de arco, sin posibilidad de que el rematador o sus compañeros aprovechen el rebote.
La propuesta ya fue analizada y rechazada en 2019, pero recobró fuerza tras el planteo de Pierluigi Collina, jefe del Comité de Árbitros de la FIFA. Collina había advertido que el 75% de los penales se convierten en gol, y que permitir el rebote desbalancea aún más la ventaja a favor del equipo atacante. “El penal ya es una ocasión enorme. Además, si el arquero ataja y da rebote, el delantero tiene una segunda chance injusta”, argumentó Collina, respaldado ahora por una parte de la dirigencia internacional.
Un tiro y nada más: el argumento de los impulsores
La idea de convertir el penal en un solo disparo sin segunda oportunidad también apunta a reducir las controversias por la invasión de área, una infracción frecuente en estas jugadas y fuente constante de polémicas.
“El castigo por una falta o mano dentro del área ofrece más chances de gol que las que se hubieran generado si la jugada continuaba normalmente. Permitir un rebote es un extra desproporcionado”, explicó el periodista Martin Lipton en The Sun, medio que reveló la propuesta.
Posadas se convierte en capital del beach vóley nacional
Además, la medida busca proteger el rol del arquero, que actualmente está limitado por la obligación de mantener al menos un pie en la línea al momento de la ejecución, lo que reduce sus chances de reacción ante un disparo potente o bien colocado.
Cambios recientes y antecedentes polémicos
La IFAB ya introdujo otras modificaciones recientes. Desde junio, rige la llamada “regla de los ocho segundos” para arqueros, que establece un límite para retener la pelota tras una atajada. También se reformuló el reglamento para casos como el penal de Julián Álvarez contra el Real Madrid en la última Champions League, donde el VAR anuló el gol por un doble toque accidental. En esos casos, si el ejecutante impacta el balón con ambos pies o la pelota rebota en su pierna de apoyo tras patear, se repetirá el penal si fue gol, pero si no se convirtió, el rival obtendrá un tiro libre indirecto.
La revisión de los penales forma parte de un paquete más amplio que incluiría una mayor intervención del VAR, sobre todo para evitar expulsiones por segundas amarillas o errores graves en la sanción de córners.
¿Hacia una revolución en el fútbol?
Si la IFAB aprueba el cambio, el penal se transformará definitivamente en un “disparo único”, sin opción de revancha. Esto marcaría una de las modificaciones más drásticas en la historia del reglamento, afectando la estrategia de jugadores, arqueros y entrenadores.
Para muchos, será una evolución justa en la interpretación de la ventaja. Para otros, significará perder una parte mítica del juego, donde el rebote también es parte de la emoción y la destreza.