Tiene lógica. Hubiera sido antinatural o un milagro que en medio de un avanzado proceso de fragmentación política y crisis de representatividad, uno de los disparadores de la irrupción de Javier Milei, de los cierres de listas electorales, emergieran candidaturas con cierto volumen de renovación y expectativa. Con matices, todos fueron a lo seguro.
El Gobierno ratificó su apuesta por el verticalismo mileísta. Era claro hasta ahora que la hermanísima Karina (con la asistencia de los primos Menem y Sebastián Pareja) imponía su criterio. La novedad, en todo caso, es que el Presidente también impuso el suyo. El relato oficial siempre fue que Milei se desentiende de los asuntos electorales. No esta vez.
Como proclamó hace meses el jefe de Estado, José Luis Espert lidera la boleta bonaerense de octubre. Y Patricia Bullrich la del Senado por CABA. Atención con esas postulaciones, acaso taquilleras en las urnas, pero con pasado y futuro desapegado al supuesto purismo violeta que se publicita.
¿Los planes de Espert se limitan a ir por la gobernación de Buenos Aires en 2027? ¿Bullrich buscará la jefatura de Gobierno en CABA, como pretende, o acompañará a Milei como vice en su intento reeleccionista?
En todo caso, la hermandad mileísta dejó en claro que el poder otorga derechos. Se los impusieron a las Fuerzas del Cielo, del ahora miniasesor Santiago Caputo, y sobre todo al PRO, desplazado en todas las candidaturas absorbidas por LLA.
La aspiradora libertaria pasó por los distritos gobernados por los amarillos -CABA y Entre Ríos, Chubut fue la excepción- y por la UCR con la que acordó (Mendoza y Chaco). Rendiciones incondicionales.
Quién es Federico Bojanovich, el candidato de La Libertad Avanza imputado por violencia de género
Si el PRO y el radicalismo resultaron funcionales a la estrategia mileísta, el peronismo no les va en zaga. Preocupada más por sobreactuar una unidad en la que nadie cree, su dirigencia luce resignada ante una derrota que parece inevitable.
Es cierto que el Gobierno se relamía ante la opción de que Máximo Kirchner encabezara la boleta bonaerense. Pero se entusiasman con que sea Jorge Taiana, un respetable exministro de 75 años, sin peso propio ni dentro ni fuera del PJ.
Intendentes peronistas de peso en el conurbano ya advirtieron que van a (auto) militar para la campaña de los comicios provinciales del 7 de septiembre. Hacia las nacionales del 26 de octubre, deberán movilizar otros a Taiana y compañía. Cristina Fernández de Kirchner apenas podrá hacerlo a distancia, restringida por su prisión domiciliaria. Y Axel Kicillof va en sintonía con sus jefes comunales.
Ese mismo espíritu forzado puede explicar que Itaí Hagman sea cabeza de lista para Diputados en la Ciudad (para alegría de Juan Grabois), junto al camporista Mariano Recalde, que intentará renovar banca en el Senado.
A ese mismo tren falsamente unido se subió el gobernador tucumano, Osvaldo Jaldo, que no tiene empacho de presentarse a una candidatura testimonial (como tantos). O el chaqueño Jorge Capitanich, que hace tres meses fue electo diputado provincial (aunque perdió) y en octubre irá por su regreso al Senado nacional. El libertario misionero Diego Hartfield hará lo mismo. Ay la casta.
En esta suerte de outlet electoral, nada se crea, todo se transforma.
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.