Florencia Revah (31) y Esteban Alejandro Suárez (45) fueron encontrados muertos el domingo por la tarde dentro de un Chevrolet Onix blanco, estacionado bajo un árbol y sin patentes visibles, a pocos metros de la Ruta Nacional 8, a tres kilómetros del centro de San Antonio de Areco.
El auto no tenía pedido de secuestro y estaba radicado en General Pacheco, Tigre, donde vivían los dos. Convivieron en una misma casa hasta que ella lo denunció por violencia de género y él se tuvo que ir. Se mudó a otra vivienda, también en Pacheco.
“A los tumbos, la pareja habría vuelto antes de fin de año. Suárez era un tipo muy celoso, la vigilaba constantemente y casi no la dejaba tener redes sociales. Creo que ella tuvo que inventarse una cuenta de incógnito, que él no supiera. Ella era muy linda, buena compañera y muy eficiente en el trabajo”, dice alguien que prefiere mantener el anonimato.
“Yo la conocí hace unos ocho años y sabía de una relación sentimental anterior, que también estaba contaminada. Una vínculo tóxico. Ella se iba del trabajo derecho a su casa, para que no se enojara su ex. No puedo creer lo que le pasó, aunque tampoco sorprende tanto. No se lo merecía”, agregó esta persona que la conoció.
Según pudo reconstruirse, Revah y Suárez “estaban juntos hace varios años pero en el último tiempo iban y venían más de lo que estaban. Tenían una relación complicada, marcada por la violencia“, señaló un ex compañero de trabajo.
Hace unos años Florencia vendía autos en un conocido concesionario ubicado sobre la Avenida Del Libertador, en la Ciudad del Buenos Aires, pero en el último tiempo habría cambiado de rubro y pasó a vender ventiladores. Él trabaja en una casa de cambio.
Según lo que habría declarado la madre de Revah en la Fiscalía de Mercedes, Suárez tenía además de una denuncia por violencia de género, una solicitud de prohibición de acercamiento, cese de actos perturbación y exclusión”, que databan de abril pasado.
Según fuentes de la investigación y los primeros datos de la autopsia, el caso se trata de un femicidio: Revah tenía cinco impactos de bala, uno de ellos en el cuello. Mientras que Suárez, uno en la sien. “De no surgir algo de último momento de la Policía Científica, es un caso casi cerrado de femicidio y suicidio”.
Según le confirmaron a Clarín fuentes del caso, “el femicidio no sucedió en Areco. Él la trajo muerta en el auto”.
Suárez pasó por los peajes de Larena y Solís de la Ruta 8 entre las 7.10 y las 10.15 de la mañana del domingo.
MG